jueves, 3 de septiembre de 2009
La tirada de piedra 2
La tirada de piedra 2
¡Qué viejo estaba Don Otto! Cuando me reconoció caminó lentamente hacia mí, para darme un abrazo, sin palabras y con brillo en los ojos.
—¡Hijo querrido! (se me arrugó el corazón cuando me llamó hijo). Me dio una sensación de culpa, como si yo lo hubiera traicionado.
—¿Porrqué no viniste antes?
No supe que contestarle, pero su mirada triste me dijo que me comprendía.Me hizo pasar para esperar a Erika que estaba al llegar del colegio que dirigía. El viejo estaba orgulloso que su hija fuera Directora del Colegio de Señoritas del pueblo.
Sacó una botella de guindado y me convidó un generoso vaso.
Se ve que don Otto recordaba las agradables tardes en que visitaba su casa y mientras esperaba a Erika, nos matábamos de risa contándonos chistes. Es un hombre con muy buen humor y pronto me contó el primer chiste. Claro que con su marcado acento alemán los cuentos perdían mucho de jocosidad.
—Escuchá éste, Edy, que es Jaimito…
Jaimito va al cole y la maestrra comienza la clase diciendo:
¡Pónganse de pie todos los alumnos que se considerren estúpidos!
Luego de unos segundos de silencio, Jaimito se pone de pie.
La maestrra le pregunta:
Jaimito ¿Tú crees ser estúpido?
No, señorita, perro me da pena verla parada, solita
Jajajajajajaj
No estuvo tan malo el chiste de don Otto, así que yo le conté otro:
—¿Qué le dijo una uva verde a una uva morada?
—Respira, por favor , respira
—Está bueno, Edy. ¿No te molesta que te cuente uno de judíos?
—¿Porqué me va a molestar, don Otto?
—Yo siempre me confundo contigo…Como tenés la costumbrre de contestar a una prregunta con otrra pregunta
—Cuente no más don, Otto…
Abraham llama a su hijo su hijo Samuel que vive en Nueva York y le dice:
-Lamento arruinarte el día, pero tengo que informarte que tu madre y yo nos estamos divorciando. Cuarenta y cinco años de sufrimiento es suficiente.
-Papi, ¿De qué estas hablando? !Y justo antes de las fiestas de fin de año! grita el hijo.
-No podemos soportar seguir viéndonos— le contesta el padre.
—Estamos hartos uno del otro y estoy cansado del tema así que es mejor que tú llames a tu hermana Ana en Chicago para contarle.
Y corta el teléfono.
Desesperado, el hijo llama a su hermana, quien explota en el teléfono.
-¿Cómo que se están divorciando? !Yo me voy a hacer cargo del asunto!
Inmediatamente la hija llama al padre y le dice:
—Ustedes NO se divorcian!. No hagan nada hasta que yo llegue. Ahora mismo vuelvo a llamar a mi hermano y vamos los dos con ustedes. Hasta entonces no hagan nada, ¿ESCUCHASTE BIEN?
Abraham deja el teléfono, mira a su esposa y le dice:
—Muy bien Ruth. Todo salió perfecto...Los dos vienen para las fiestas y se pagan los pasajes.
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Muy buenos los chistes, especialmente el último. Da gusto conversar con un señor así, tan chistoso.
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