Pierna de cordero a la parrilla.
Tomo mi último vaso de vino tinto, eructo, les deseo buen provecho al resto de los comensales que siguen atiborrándose de cordero a la parrilla y me retiro, tratando de mantener la vertical. Un pie detrás de otro, un pie detrás de otro, un pie detrás de otro y ya está. Conseguí salir por mis propios medios del comedor. En el amplio corredor me afirmo en la pared y espero… Sé que vendrá.
Efectivamente, aparece Doña Sofía para ayudarme a llegar a mi cama.
Me apoyo en su hombro y me sorprendo al notar lo flaquita que está. Recuerdo que en mi juventud, ella era capaz de subir las escaleras conmigo al hombro, dormido como un bendito y arrojarme en mi cama como a una bolsa de papas. ¿Qué edad tendrá ahora doña Sofía?
Debe tener como ochenta pirulos y el degenerado de mi vecino anda detrás de ella. Me dio una bronca observar como cortaba para ella los mejores trozos del cordero, como le llenaba la copa de vino, etc. ¡Viejo de mierda! Si debe tener como 85 años…
En fin, como soy un fatalista, me digo que lo que debe ser, será. Es inútil oponerse a la fuerza del destino.
Lo malo es que si doña Sofía se va, ¿Quién me hará esos préstamos pequeños que yo pagaba cuando podía? Y ¿Quién cocinará tan rico como ella? Seguramente dejará a alguien recomendado para que ocupe su lugar. Estoy seguro que traerá a su sobrina, la Emilia, a quien ella quiere mucho porque dice que tiene un marido muy cornudo… Espero que no sea ella, porque es muy desvergonzada y terminará tomándose todos mis licores y delante de mí. Mejor le diré a mi hermana que vaya buscando a una buena ama de llaves para mí y que por favor no sea la Emilia. Malos tiempos se avecinan para ti, Edy, me digo a mi mismo.
Todo por culpa de este vecino enamoradizo. Pero no puedo interponerme entre ellos. La pobre vieja tiene derecho a terminar sus días en forma feliz. El viejo tiene un buen pasar y creo que cobra una jubilación en euros de Italia y otra jubilación acá en Argentina. Además tiene campos, una chacra a medias con sus hermanos como buen tano de antes debe tener amarrocado un toco de guita.
Lo que le voy a exigir al viejo este, es que sin papeles, la vieja no se mueve de mi casa. Se tienen que casorear. Y haremos una fiesta de la gran puta. Invitaremos a todos los vecinos de Derqui, a toda la familia de ella , que son como 200 y a los familiares de él, que son unos cuantos mas.
Pensando en la fiesta, me quedo dormido…
Dejala a la pobre doña Sofía vivir, como se le dé la gana, los años que le queden por delante, no te interpongas en su felicidad o estás celoso? jajaja
ResponderEliminarSoy almalen.Me gusta mucho este sitio.Otra vez gracias por invitarme a pasear por tus letras y distendernos un poco.
ResponderEliminarMuy bien, hay que casarse, nada de esas cosas del concubinato, que es pan para hoy y hambre para mañana. Si se va, casada, además si seguís en buenas relaciones, te puede seguir prestando plata.
ResponderEliminar¿Nosotros estaríamos invitados a dicha fiesta de casamiento?
ResponderEliminarEn realidad, nos gustaría hablar con ese señor a quien tú llamas "cariñosamente": el viejo. Estuvimos hablando con el Chuqui y pensamos proponerle que nos adopte... ¿realmente tiene tantos campos y propiedades?... jejeje.
Un abrazo totalmente desinteresado.
Queridos Clara Y Pepe. Me han dado una idea genial!!! ¿Y si me adoptan a mí?
ResponderEliminarMarielita. Si necesito algún préstamo más o menos importante, se lo pediré a mis dos amigos de Rosario, Mariela y Athos.
Marirose. Yo no me meto. Solo quiero que las cosas se hagan bien. besos
Si consigues que MARIELA y ATHOS te presten plata, prometemos firmemente hacer un cuadro enorme con tu foto y colgarlo en el living de nuestra casa... hasta velas encenderemos al pie del mismo.
ResponderEliminarMauri: Por supuesto, cuando quieras.
ResponderEliminarClara y Pepe (los Chuquis): Athos y yo a Mauri le prestamos plata cuando él quiera. Sólo que no nos ha pedido.